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miércoles, 6 de septiembre de 2017

MI ABUELO TENÍA UNA GRANJA EN LIVINGSTONE



De niño, en los veranos, me llevaban a ver a los abuelos. Yo disfrutaba mucho. El campo siempre me atrajo y todavía, cuando paso cerca de estos lugares de mi infancia, no puedo dejar de recordar aquellos maravillosos parajes naturales con mucho ganado pastando y esa estampa que presentan las vacas con su afilada cornamenta y su actitud apacible ante un extraño, aunque solían ser bastante esquivas. A mí me conocían y no rehuían mi presencia.

Estos animales tienen, por lo general, unas largas melenas de color rojo, flequillos que arrancan de la testuz y unos cuernos enormes.

Son las vacas de las Tierras Altas que están por todas partes en Escocia.

Las había en Stirling, cerca del castillo. También en el Woollen Mill de Kimahog que es camino de las Tierras Altas.

Estas vacas eran una preciosidad, como un enorme juguete con el que poder disfrutar sin hacerte daño. Eran nobles, muy resistentes y estaban preparadas para resistir el inclemente y duro entorno escocés.

Mi abuelo las criaba con mucho esmero, pues de ellas obtenía leche con mucha grasa y carne suficiente para vivir, él, mi abuela y mis tíos. Todos estaban en el mismo trabajo; eran ganaderos y no gustaban de las aficiones de mi padre que había preferido estudiar e irse a una ciudad muy grande para vivir. Ellos, mis tíos, estaban aferrados a aquellas tierras que, a mí, también me parecían maravillosas: todo era verde, había muchos bosques, los animales eran libres y mis primos que eran mayores que yo, me dejaban corretear a mi antojo por cuestas y alamedas naturales, así como por las praderas donde estos animalitos parecían pasarse el día meditando.

Mi abuelo, también mis primos mayores, siempre me advertían que no me aproximara a ninguna vaca que hubiese parido hacía poco tiempo, pues estos animales, a pesar de su mansedumbre, sólo sacan el genio para proteger a sus crías. Así que yo, cuando veía un ternero junto a su madre, no me acercaba.

Las de mi abuelo eran de la raza Highland Cows, las más genuinas de Escocia. Pero había muchas otras razas.

Hoy se encuentran en parques naturales protegidos, como el de Pollok Park, en Glasgow.
Muy cerca de Edimburgoa las afueras de Linlithgow, está el Beecraigs Country Park, un enorme espacio de más de 300 hectáreas donde se puede disfrutar de la naturaleza y ver estos animales tan majestuosos y potentes, pues suelen pesar entre 500 y 800 kg.
En la granja de mi abuelo, también había caballos Clydesdale, una raza muy antigua que se ha venido conservando y aún cabalgan con libertad por muchos lugares de las Tierras Altas. Son unos excelentes caballos para el trabajo en el campo.

Y ahora, después de muchos años, me acuerdo de aquellos veranos en los que mis padres nos llevaban a ver a los abuelos y al resto de la familia.

Mi abuelo falleció hace ya mucho tiempo y mi abuela también. Y mis tíos, también se fueron. Ya no tengo un lugar como aquel para tumbarme en la yerba, rodeado de una docena de vacas de las Tierras Altas de Escocia.

Dicen que todo lo que hay sobre la Tierra es efímero; y lo que a uno más le gustó, más aún. Será por lo que mi nostalgia se presenta cuando ya mi vida se va apagando, apagando, apagando…

Si vas a Perth vale la pena desviarse un poco para visitar el palacio de Scone, el hogar original de la piedra sobre la que se coronaban los monarcas escoceses. Intenta echarle un ojo a la manada local de vacas de las Tierras Altas.

¿Una destilería de whisky donde pastan vacas de las Highlands? Increíble pero cierto: Auchentoshan Distillery. Cerca de esta destilería en las Tierras Bajas de Escocia es posible contemplar a estas hermosas criaturas en todo su esplendor.

Rothiemurcus Estate es otra de las granjas donde se pueden ver vacas de las Tierras Altas en Escocia. Muchos vienen aquí siguiendo las palabras de Sir David Attenborough, que lo llamó “Una de las glorias de la Escocia salvaje”. Si quieres admirar una excelente manada de vacas de las Highlands, aquí las encontrarás.

Muy cerca de Dundee, está Camperdown Wildlife Centre, centro de naturaleza abierto todo el año. Es un buen lugar para ver vacas escocesas.

Otra granja está en Dumfries and Galloway, al sur de Escocia donde se puede ver de cerca vacas de las Highlands.

7 curiosidades sobre las vacas de las Highlands

  1. La raza de vacas de las Tierras Altas es, según fuentes oficiales, la raza de vaca registrada más antigua del mundo.
  2. Aunque mucha gente cree que todas las vacas escocesas son pelirrojas lo cierto es que hay de varios colores, del negro al blanco, pasando por tonos de marrón e incluso rubias.
  3. El pelo de las vacas de las Highlands siempre es largo y ligeramente ondulado (¡son unas presumidas!). Su pelaje tiene dos capas: la exterior es algo aceitosa para prevenir que la lluvia les cale; la interior es más suave y es la que les da calor durante los duros y lluviosos inviernos escoceses.
  4. Las vacas de las Tierras Altas de Escocia no son demasiado grandes ya que los toros suelen pesar sobre los 800 kilos y las vacas unos 500.
  5. Esos cuernos largos y curvados que distinguen a las vacas escocesas les resultan muy útiles en invierno porque les permiten escarbar en la nieve sobre los pastos para llegar a la comida.
  6. Suelen vivir hasta 20 años (y pueden tener crías hasta los 18).
  7. Las vacas de las Highlands de Escocia son muy dóciles… excepto en el caso de que sientan que sus crías están amenazadas. Así que, por si acaso, no te acerques mucho si hay terneros a la vista.

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